¿En qué están vinculados las hormonas y el estrés? El estrés existe desde el origen de la humanidad. Esta reacción química tenía por objetivo el ayudarnos a sobrevivir así como el advertirnos de posibles peligros. Esto ha demostrado ser de gran utilidad en los orígenes del hombre así como en cualquier situación de peligro. El estrés nos ayuda a reaccionar con más rapidez y con mayor eficacia frente al peligro. Pero por desgracia, con el paso del tiempo, el estrés ha perdido su función original y en la actualidad por lo contrario en la gran mayoría de los casos ha adquirido una connotación más bien negativa.
Por lo tanto, el estrés no sólo está conectado con nuestra mente sino que también con nuestro cuerpo. Si nuestro cerebro recibe la instrucción de manifestar determinado estrés, en un primer momento lo que se produce es una reacción física. Entonces nuestro cuerpo va a aumentar la producción de determinadas hormonas; de modo que a partir de ahí se va a crear una conexión entre las hormonas y el estrés. También resulta de utilidad reconocer esta reacción física con el fin de poder detectar con más rapidez el estrés y así poder reaccionar ante él.
Las hormonas y el estrés: la reacción física.
Por consiguiente, las hormonas y el estrés están estrechamente relacionados entre sí. Cuando se le manda la señal a nuestro cerebro de que vamos a tener que hacer frente a algún peligro, la conexión entre las hormonas y el estrés se activa. En consecuencia nuestro cerebro va a dar la orden a nuestro organismo de aumentar la producción de cortisol. A menudo esta hormona también se la conoce como la 'hormona del estrés'. Además de la producción de cortisol, también existe otro vínculo entre las hormonas y el estrés, en concreto la producción de adrenalina. Además del aumento de producción de cortisol, en una situación de estrés también se va a segregar una mayor cantidad de adrenalina.
Una vez que nuestro cerebro ha dado la orden de aumentar la cantidad de producción de estas dos hormonas, se completa la primera fase de conexión entre las hormonas y el estrés. La segunda fase, en la que el vínculo entre las hormonas y el estrés se pone de manifiesto, es cuando se reacciona frente a la situación. Teniendo en cuenta que la situación es interpretada como una amenaza, tu cuerpo te va a ayudar a reaccionar con más rapidez y con más eficacia frente a dicha situación. La adrenalina es la que te va a ayudar a reaccionar más rápidamente y el cortisol el que va a preparar tu cuerpo a sentirse más fuerte.
En el transcurso de la tercera fase de la conexión entre las hormonas y el estrés, tu cuerpo va a elegir una respuesta adecuada. Esta reacción puede consistir en las tres opciones siguientes, huir, luchar o 'paralizarse' ('flight, fight or freeze responses to stress'). Si eliges la huida, las hormonas y el estrés van a garantizar que seas capaz de correr más rápido y más lejos. Si eliges luchar, las hormonas y el estrés van a garantizar que puedas reaccionar más rápido y con más fuerza para poder combatir. Si eliges quedarte paralizado, y por lo tanto de no hacer nada, tu cuerpo se va a encontrar en un estado en el que tendrás la sensación de ser incapaz de reaccionar o de hacer lo más mínimo.
Las hormonas y el estrés : ¿la reacción física sigue siendo hoy en día adecuada?
En la mayoría de los casos, esta reacción de las hormonas y del estrés frente a situaciones peligrosas han dejado de ser útiles y necesarias. Si te encuentras frente a una situación que constituye un peligro real y una amenaza para tu propia seguridad, por ejemplo frente a frente con un tigre, las hormonas y el estrés te van a seguir proporcionando una mayor probabilidad de sobrevivir. En este caso, puedes seguir recurriendo al estrés para ayudarte a sobrevivir.
Sin embargo en nuestra sociedad moderna vamos a tener tendencia a interpretar cierto tipo de situaciones cotidianas como equivalentes a una amenaza para nuestra vida, cuando en realidad no lo son en absoluto. Tu cerebro puede por ejemplo poner en marcha una reacción de estrés por el mero hecho de que vayas a llegar tarde al trabajo. Para ti es muy importante llegar al trabajo a la hora, pero sin embargo no es una cuestión de vida o muerte. No obstante, tu cerebro sí va a interpretar la situación como algo peligroso y va a poner en marcha una reacción de estrés.
Por lo tanto son muchos los casos en los que nuestro cerebro ha adquirido una imagen falsa de la realidad de una situación de peligro, por lo que el estrés ha perdido en gran medida su objetivo original. En pequeñas dosis, el estrés puede tener todavía una cierta función estimulante, como cuando estás aprendiendo algo o cuando tienes que trabajar más rápido, aunque en origen este no fuese el objetivo del estrés. Teniendo en cuenta que cada vez son más las situaciones cotidianas que a nuestro juicio interpretamos como peligrosas, en estos casos nuestro cerebro va a seguir aumentando la producción de hormonas y el estrés hasta el punto de que llegue a ser un impedimento para que podamos reaccionar de forma correcta.
Las hormonas y el estrés : un procesamiento erróneo de nuestro cerebro.
Así pues, nosotros mismos enseñamos a nuestro cerebro cuáles son las situaciones que debe interpretar como siendo peligrosas. Esto sucede a partir de situaciones que ya hemos vivido en el pasado y según la manera en la que las hemos afrontado. Sin duda estas experiencias y sensaciones son algo personal, por lo que la interpretación de que si estas situaciones son o no son peligrosas también es algo que depende de cada uno. De esta misma manera, podemos explicar por qué existen diferencias entre la manera que tiene cada uno de manifestar o no una reacción de estrés ante determinada situación. Si, por ejemplo, frente a la misma carga de trabajo tu compañero de trabajo no lo considera 'peligroso' pero tú sí, las probabilidades de que él o ella experimente estrés son mínimas mientras que tú si vas a sufrir estrés.
Por lo tanto en estos casos es preciso tener presente que tú eres el que tiene el control de tus propios procesos biológicos, de la manifestación del estrés al aumento de la producción de hormonas y del estrés, así como de la manera de reaccionar frente a una situación estresante. Se trata de una buena noticia, ya que esto viene a significar que la clave para la disminución del estrés está en tu interior. Tú mismo eres el que tiene el poder de tomar medidas para reducir tu estrés.