Al igual que en el caso de otras enfermedades, el burnout tiene determinados síntomas del burnout precisos, en los que se puede reconocer la enfermedad. A pesar de que con frecuencia no se la reconozca, es imprescindible identificar los síntomas de burnout a tiempo para de esta forma impedir que se agraven. Puedes examinar entre los síntomas del burnout que describimos a continuación cuales eres susceptible de estar sufriendo.
Hemos dividido los síntomas del burnout en 3 tipos de síntomas de burnout: los síntomas de burnout físicos, los síntomas de burnout psíquicos y los síntomas de burnout de conducta.
Síntomas de burnout físicos
Cansancio
Un indicio importante de la existencia de un burnout es que nos sentimos fatigados. Estamos extenuados, cansados y tenemos la sensación de que cada vez tenemos menos energía. Debido a que llevas tu cerebro al límite día tras día, agotas tanto tu mente como tu cuerpo, lo que da lugar a que te quedes sin energía. Debido a que día tras día sigues llevando las cosas al límite, el cansancio se va a acumulando. No dejas de hacer esfuerzos que sobrepasan los límites de tus capacidades y por ello te encuentras cada vez más cansado.
En este caso podemos observar una diferencia significativa en comparación con la depresión. Cuando se trata de depresión, nos sentimos derrotados desde que nos levantarnos por la mañana, mientras que el burnout te va forzando a sucumbir frente a la fatiga después de un período de esfuerzos demasiado prolongados.
Insomnio
El insomnio también figura entre los síntomas del burnout. Debido a que estás constantemente preocupado por lo que todavía te queda por hacer o por lo que podrías estar haciendo para que la situación sea un poco más agradable, tienes más dificultades para conciliar el sueño y duermes peor. De este modo, te sientes aún más cansado y se va creando un círculo vicioso de estrés y de cansancio.
Problemas físicos
Los problemas físicos también forman parte de los síntomas del burnout. Al cabo de cierto tiempo va aumentando en gran medida el riesgo de que la tensión y el estrés empiecen a manifestarse en tu cuerpo. De esta forma, puedes sufrir dolores de cabeza, dolores de espalda y/o dolores musculares. Por culpa del estrés, tus músculos están permanentemente tensos, y esto va a impedir que tu cuerpo pueda descansar. Con el tiempo esta tensión puede dar lugar a diferentes dolores.
Problemas de digestión y falta de apetito
También tu apetito puede verse afectado cuando se trata de un burnout. Es probable que comas menos y que puedas observar que por culpa del estrés que sufres estás perdiendo peso. Además, el estrés también puede causar problemas de estómago o de intestinos. A decir verdad, el estrés puede afectar seriamente a todo nuestro proceso de digestión.
Mayor vulnerabilidad a las enfermedades
El estrés que experimentas en el contexto de los síntomas del burnout pueden hacer que seas más vulnerable a otras enfermedades. De hecho, el estrés puede afectar a tu sistema inmunitario, dando lugar a que puedas ponerte enfermo con más facilidad y mayor gravedad. Si por casualidad eres ya de por sí más vulnerable, por ejemplo a determinadas enfermedades o alergias, es probable que el estrés aumente aún más el riesgo de que contraigas estas enfermedades.
Experimentar determinados síntomas específicos del estrés
Teniendo en cuenta que los síntomas del burnout se basan esencialmente en los síntomas del estrés, las probabilidades de que experimentas con frecuencia determinados síntomas del estrés generales son muy altas. Entre estos síntomas, podemos incluir la taquicardia, un aumento del nivel de colesterol, y un aumento de la presión sanguínea. Por lo tanto no sólo no es bueno para tu salud sino que además aumenta tu vulnerabilidad.
Síntomas psíquicos del estrés
Extenuación y sensación de estar al límite de nuestras fuerzas
Todos esos meses de sobrecarga para tu cuerpo y tu mente acarrean como consecuencia el que tu cerebro esté fatigado y extenuado así como la necesidad urgente de una pronta y seria recuperación. Si no tomas la decisión de curarte, el burnout puede llevarte a desarrollar un síndrome de fatiga crónica, también conocido como SFC. También los posibles trastornos del sueño pueden reforzar tu agotamiento, por lo que vas a entrar en un círculo vicioso de extrema fatiga.
Problemas de concentración
Con frecuencia el burnout va a dar lugar a los trastornos de concentración. Estos problemas de concentración a menudo acaban siendo un tema más grave a medida que avanza el día. Nos resulta muy difícil concentrarnos. Un estrés permanente nos lleva a un aumento de la producción de cortisol en nuestro organismo, conocido también por la hormona del estrés, por la glándula suprarrenal. Esta sobredosis de la hormona de la glándula suprarrenal es perjudicial para el hipocampo. Debido a que el hipocampo es el responsable de la capacidad de concentración y de la memoria, este proceso negativo puede poner en marcha los síntomas del burnout. El repentino aumento de la producción de cortisol va a afectar a las neuronas de esta parte del cerebro que está agotada, e incluso pueden llegar a morir por culpa de ese estrés permanente. Como consecuencia de ello van a aparecer los trastornos de concentración.
Trastornos de la memoria
Las personas que tienen determinados síntomas de burnout se quejan con frecuencia que su memoria les está fallando. Les resulta muy difícil recordar las cosas. A menudo estos trastornos se agravan aún más cuando se está cansado, al final de la jornada de trabajo o de una tarea prolongada. A menudo podemos observar que cuando tenemos que hacer juegos malabares con varias tareas y obligaciones a la vez, la memoria también se ve perjudicada. Entonces es cuando ya no nos acordamos de lo que justo acabamos de aprender y de memorizar.
La explicación para este trastorno de la memoria probablemente sea que la memoria operativa haya sufrido una sobrecarga constante durante meses, e incluso años. Esto puede deberse a un exceso de trabajo así como a una carga de preocupaciones adicional. Los dos procesos se sirven de la misma memoria operativa.
Nuestra memoria operativa en nuestro cerebro es un órgano como cualquier otro de nuestro organismo. Este puede acabar saturado y por ello también puede necesitar un período de descanso. Es por esto por lo que es indispensable seguir un tratamiento con el que luchar enérgicamente contra los síntomas del burnout, con el fin de poder restablecer algo de descanso en tu vida.
Falta de auto estima
Con frecuencia los síntomas del burnout traen como consecuencia que empecemos a dudar de nosotros mismos o a sentirnos inferiores. Ya no somos lo que solíamos ser antes y el estrés nos conduce a que cada vez cometamos más errores. Esto sumado al hecho de que nos consideremos siempre culpables de los fracasos, podemos tomarnos todo esto demasiado a pecho y esto evidentemente no ayuda en absoluto a mejorar nuestra autoestima.
Atmósfera de irritabilidad permanente
Cuando experimentas determinados síntomas de burnout, vas a poder observar que te resulta muy difícil explicar a los demás lo que pasa por tu mente. Si algo en particular te ha causado estrés, esto va a hacer que después te resulte aún más difícil encontrar algo de reposo. Estás con frecuencia irritable y nervioso. Cuando alguien te pregunta algo, casi siempre reaccionas de forma escueta, y eso porque tienes la sensación de que ya no estás en condiciones de hacer nada que ayude.
Síntomas depresivos de la ansiedad
Además de los síntomas de burnout característicos, a menudo ocurre que uno se siente depresivo y/o ansioso. De esta forma, las personas víctimas de determinados síntomas del burnout con frecuencia empiezan a preocuparse seriamente en relación a la forma en la que podrían lograr superar esta situación o en la que podrían hacerlo aún mejor. Debido a la falta de autoestima y de un sentimiento constante de incapacidad, podemos empezar a sentirnos ansiosos.
Síntomas de burnout de conducta
Menos logros y mas errores
Al estar más preocupado y más fatigado, el riesgo de cometer errores es también mayor. Podemos observar en este caso que se forma un círculo vicioso entre los síntomas de burnout. Los errores aumentan las probabilidades de que tengamos una mayor falta de autoestima, por lo que también vamos a experimentar más estrés. A su vez este estrés puede llevar rápidamente a más errores.
Dependencia a ciertas sustancias
Cuando experimentamos ciertos síntomas del burnout, en algunos casos puede que recurramos a determinadas sustancias para ponerle freno al estrés o a la fatiga. De esta forma, es frecuente que veamos a personas afectadas por síntomas de burnout que empiezan a fumar más o a recurrir a los somníferos. También cabe la posibilidad de caer en formas más extremas de abuso de sustancias adictivas.
Evitar cada vez con más frecuencia la interacción social
Además del aislamiento habitual en los casos de depresión, ese aislamiento también puede ser uno de los síntomas de burnout. Debido a que no sabemos cómo hacer frente a estos síntomas del burnout y su correspondiente estrés, podemos empezar a tener cada vez menos ganas de comunicar con la gente o de juntarnos con otras personas. Este aislamiento o esta pérdida de contacto social también pueden en algunas ocasiones dar lugar a determinados síntomas de la depresión.